La veteranía es un grado

No quedan muchas temporadas para que los Krankos sean considerados un equipo veterano, y eso se nota, sobre todo en la sabiduría con la que afrontamos los partidos.

Sábado, once de la madrugada, hora de recogida para muchos, pero no para los Krankos. Diez Krankos frescos y relucientes calentando en el campo de las fuentes. En frente, unos chicos a los que les falta todavía un rodaje que sólo te dan los años sobre la pista de mármol de los Maristas.

Comienza el partido y esta vez sí, concentrados desde el primer momento. Los jovenzuelos tienen la estrategia de presionar muy arriba, pero tanto el pulpo, que con su mira telescópica destroza sus líneas a base de precisos pases, como el toque y el buen hacer de los que suben el balón hacen que empiecen a caer los goles. Uno tras otro hasta un total de séis. Al final nos relajamos un poco y encajamos un gol, pero no pasa nada. La próxima jornada quiero mi portería a cero (steel).

Los goleadores creo que fueron:

Mario 2
Johnny 1
Pochas 1
Raúl 1
Ángel 1 que debería valer doble por su bella factura.

Mención especial merece el partido de Pol, que vuelve por sus fueros de regates toscos pero efectivos. Apenas si se le nota que ha engordado y que ha vuelto a fumar.